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Dos extrabajadoras relatan cómo el sindicato prescindió de ellas: una, después de comunicar que tenía dos tumores; otra, cuando estaba ingresada tras salir de un coma por una trombosis

Las dos estaban vinculadas laboralmente a la Federación de Construcción y Servicios de CCOO y fueron "expulsadas" del sindicato bajo el mandato de Vicente Sánchez Jiménez, secretario general desde 2014. El mismo que, según publicó El Confidencial, alquiló durante varios meses una vivienda de su propiedad a la federación, obteniendo así unos ingresos extra, lo que motivó un escrito de queja de la comisión de control administrativo y financiero que le acusó de vulnerar el código de conducta. El mismo que, junto a otros dos dirigentes, tiró de tarjeta y los tres gastaron 43.000 euros en comidas y dietas en los ejercicios 2015 y 2016.

Rosa Holgado, 50 años, fue despedida en diciembre de 2014 después de que la federación decidiera externalizar el departamento de contabilidad. "Éramos tres compañeras y las tres nos fuimos a la calle. Nos dijeron que había que ahorrar. Fue un despido objetivo por causas económicas. Pero al ver la información de El Confidencial [en enero de 2015, los tres dirigentes de la federación empezaron a tirar generosamente de la tarjeta del sindicato], me di cuenta que ha habido mucha hipocresía. Está claro que las cuentas no estaban tan mal". Rosa comunicó que le habían diagnosticado dos tumores, uno en cada pecho, un mes antes de que la despidieran. "Se lo dije a Jesús Fernández Béjar [es otro de los tres dirigentes que hicieron uso de la tarjeta de crédito], que había sido mi secretario general antes de que Servicios se fusionara con Construcción y me dijo que estuviera tranquila. El 11 de diciembre de 2014 me entregaron la carta de despido. Cuando llegué al trabajo como cada día, ya me habían quitado el acceso al ordenador".

"Solo pedía un poco de humanidad"

Rosa llevaba trabajando para el sindicato desde 1998. "Lo más hipócrita de todo es que nos aplicaron la reforma laboral, esa misma que combatíamos desde CCOO, y me dieron 20 días por año trabajado".Rosa decidió escribir entonces un correo al entonces secretario general, Ignacio Fernández Toxo, pero no obtuvo respuesta. "También solicité hablar con el secretario general, Vicente Sánchez, pero no quiso ni recibirme". También escribió a la Secretaría de la Mujer a nivel nacional. "Me dijeron que los que lo estaban pasando mal eran ellos, que tenían que despedir. Solo pedía un poco de humanidad y que me despidieran cuando estuviese recuperada. El sindicato miró para otro lado". Rosa estuvo dos meses hospitalizada y un año y medio de baja. "A los dos días de salir del hospital tras operarme del cáncer, tuve un trombo pulmonar y tuvieron que volver a hospitalizarme". Rosa recuerda que estaba en la UCI cuando su abogado negociaba el despido, ya que demandó al sindicato. "La carta de despido tenía un defecto de forma. Al final, me concedieron el despido improcedente". Palmira escucha a Rosa mientras asiente. "Ahora el sindicato solo es burocracia. Antes defendíamos unos valores. Yo creo en ese sindicalismo. Las dos creemos, por eso seguimos afiliadas".

El caso de Palmira, de 61 años, también es duro. Ella era secretaria de Mujer e Igualdad y miembro del consejo confederal. "En noviembre de 2015 sufrí una trombosis y estuve dos meses en coma en el Clínico. Casi pierdo las piernas". Luego pasó por ocho meses entre hospitalización y rehabilitación en el Instituto San José. "Mi secretario general, Vicente Sánchez, vino a verme una vez al hospital y otra al centro de rehabilitación para decirme que me pensaban sustituir teniendo en cuenta mi situación. Yo quedé en dar una respuesta. Pero creo que era una decisión que ya tenían tomada. El tiempo me daría la respuesta. En el siguiente consejo me cesaron"...

"El Confidencial", 19/06/2018

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