No contenta con vulnerar el derecho a huelga trayendo trabajadores de fuera del centro, la empresa Laie utiliza la movilidad funcional de los encargados para conseguir dar el servicio, y es capaz incluso de improvisar una barra en la sala 2, donde nunca había habido ninguna,
o cerrar el bar para concentrar sus fuerzas en las barras internas cuando hay concierto,
para intentar impedir que la huelga funcione. Si tuvieran que hacerlo servirían copas en el párquing...