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La empresa Best Catering (Catering Paradis) mantuvo ayer durante toda la reunión con el Comité de Huelga que, debido a diversos problemas de solvencia, es incapaz de pagar lo que marca el convenio de hostelería a sus trabajadores y hacerlo a tiempo.
En dicha reunión estaban L’Auditori y, a petición de las empresas, una mediadora del Departament de Treball. La respuesta del Comité de Huelga fue clara: si Best Catering no puede hacer de empresa, que se quite de en medio.
A esto se le suma que los trabajadores del servicio de bar aún no han cobrado el mes de octubre así como las continuas informaciones de que Paradis Group está cerrando centros y despidiendo trabajadores sin pagarles siquiera indemnización.
En la Asamblea de Trabajadores celebrada hace dos días, se decidió que, en caso de no llegar a ningún acuerdo, los compañeros se apostarían a la entrada del Bar Llanterna (bar de L’Auditori) para vigilar que la empresa no se llevara el material que debía servir para garantizar el pago de los salarios.
Hoy se a puesto una tienda junto a las pancartas y la mesa con la caja de resistencia. Por la mañana, el responsable de seguridad y logística de L’Auditori nos ha indicado donde ponerla dado que no quería quitárnosla delante de los trabajadores y estudiantes que se han venido solidarizando con nuestra lucha durante estos 11 días.
A las 12 de la noche, han aparecido dos patrullas de la guardia urbana, llamadas por L’Auditori para quitarnos la tienda. No nos echaron, “sólo” nos quitaron la tienda un 24 de noviembre por la noche con un frío que helaba…

Con esto se demuestra una vez más cuál es la función de L’Auditori: defender a la Patronal de la que forman parte. No son capaces ni siquiera de hacerlo a cara descubierta y tienen que aparentar que permiten a los trabajadores vigilar su puesto de trabajo mientras por detrás, y cuando ya no hay nadie en la calle, llaman a la policía para que los huelguistas tengan que dormir al raso.
Los compañeros que debían dormir en la tienda se quedaron a dormir igualmente para no permitir a la policía y a la empresa-institución L’Auditori que nos amendrantara.