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Después de 111 días de huelga indefinida del servicio de Bar, Cafetería y Catering de L'Auditori de Barcelona, en defensa de las condiciones de trabajo y para la readmisión de los despedidos del 29 de julio, durante la cual la contratista adjudicataria del servicio, LAIE, se ha pasado el derecho de huelga por el forro usando a esquiroles de fuera del centro y con contratos verbales para sustituir a los huelguistas y cubrir parcialmente el servicio, después de 4 Actas de Infracción levantadas por Inspección de Trabajo constatando esquirolaje, después de la connivencia más absoluta de L'Auditori con el esquirolaje descrito, después de que la empresa haya despedido a nueve trabajadores para no tener que mantener sus condiciones y haya tratado de imponer al Comité de Huelga la rebaja de las condiciones de todos los trabajadores en todas las reuniones incluida una mediación ante Inspección de Trabajo de la cual consta Acta y que encima era prueba solicitada por la parte empresarial;

Después de todo esto, el Juzgado de lo Social nº16 de Barcelona, con todas las pruebas encima de la mesa y sin ningún lugar por donde escaparse, se ha cogido a un clavo ardiendo para no tener que dar la razón a los trabajadores y ha considerado hecho probado cualquier manifestación de la empresa desechando sin más la documentación aportada por los trabajadores (incluidas las Actas de Inspección de Trabajo), para dictar sentencia en la que declara ilegal la huelga porque el objetivo de ésta sería modificar un pacto que la empresa ha confesado durante el juicio que no cumplía y que no tenía intención de cumplir, un pacto que la empresa ha exigido modificar a la baja en todas las reuniones como condición para readmitir a los trabajadores despedidos…

No se lo cree ni el mismo Juez. Ha declarado la huelga ilegal con la primera excusa con la que ha tropezado porque si tuviera que hacer cumplir sus propias reglas del juego a L’Auditori y a LAIE, éstos tendrían que rendirse a la fuerza de la plantilla. Ni más ni menos. Su función es precisamente ésta: garantizar que en el juego de fuerzas entre el trabajo asalariado y capital, el primero se encuentra y se mantiene siempre sometido al dictado del segundo.


El libre desarrollo de la relación de fuerzas entre los asalariados y la Patronal se pondría inevitablemente a favor de los primeros dado que somos los que producimos su ganancia y, si nosotros paramos, nuestros chupa-sangres no pueden seguir viviendo de nuestro trabajo. Por esto, la Patronal necesita una fuerza que controle, ilegalice y reprima las reivindicaciones de los asalariados. Esta fuerza es el Estado burgués con sus Tribunales, Policía, Ejército, Seguridad Social, Sistema Educativo, etc. que son los encargados de engrilletar a los trabajadores al yugo de la explotación, de la impotencia y de la resignación.

Y es éste y no otro el único ORDEN real y lo único que podemos esperar de los Tribunales (sin por ello renunciar a intentar hacerles cumplir sus propias leyes en el entretiempo): una decisión crudamente política y acorde al fundamento de la “Justicia” burguesa, de su Ley: los trabajadores tenemos derechos mientras no se nos ocurra utilizarlos y nos los dejemos quitar cuando sea.

Corolario: los trabajadores tenemos derecho a huelga… siempre que perdamos (o nos conformemos con poder vender como victoria cualquier migaja real o imaginaria que haya caído), a quienes se organicen y pretendan ganar se les pone fuera de la ley con todo el desparpajo que sea necesario en defensa del ORDEN burgués.

Otro corolario: los empresarios pueden modificar cualquier condición siempre que presenten cuatro numeritos pero si los trabajadores se defienden y exigen garantías contra los despidos y por el mantenimiento de las condiciones su comportamiento es ilegal por… querer modificar sus condiciones.

Cuando decimos que el Estado está al servicio de la Patronal no lo decimos por decir ni para escandalizar a los “ciudadanos de bien”, lo decimos porque es la cruda realidad con la que chocamos una vez si y otra también... Mientras subsista el trabajo asalariado y la ley del valor, la democracia (orgánica, parlamentaria o popular) consiste y consistirá sólo en esto: es el teatro impúdico por el cual el interés de la burguesía se disfraza de interés general mientras que los intereses de la clase obrera se proscriben y se ponen al margen de la ley.

Ante tal atropello los trabajadores no podemos más que reafirmar nuestra voluntad de seguir luchando hasta que nuestras fuerzas y recursos nos lo permitan por la readmisión de nuestros compañeros despedidos y por el mantenimiento de los puestos y condiciones de trabajo, sin ceder al chantaje que nos impone el Estado como lacayo de la Patronal y llamando a la solidaridad de nuestros hermanos de clase, a apoyar efectivamente la lucha mediante la Caja de Resistencia (2100-0630- 1301-0091-9247) y buscando su implicación para la extensión de la lucha, teniendo en la cabeza que, sea cual sea el final de esta u otra lucha parcial, la historia siempre pone a cada uno en el lugar que le corresponde...

Asamblea de Trabajadores del Servicio de Cafetería, Bar y Catering de L'Auditori
Sección Sindical de SUT en LAIE (www.nodo50.org/sindicatosut)

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