El intento de superación, puramente temporal y efímero, por parte de la burguesía de la crisis de sobreproducción en el que se encuentra inmerso el sistema capitalista, sólo puede pasar por descargar sus devastadores efectos sobre la masa de todos los trabajadores tanto del sector público-estatal como del privado, totalmente desorganizada por la maquinaria del sindicalismo subvencionado, en realidad puras empresas de servicios sindicales y sobre todo, jefes de personal -o más finamente recursos humanos- de las empresas. En primer lugar se reducen drásticamente los costes directos del trabajo con despidos masivos y bajada generalizada de salarios, pero además se atacan los costes globales del trabajo, el transporte, la sanidad y la educación de los trabajadores y sus hijos, lo que golpea de lleno a todos los trabajadores, incluyendo los de los mal llamados servicios públicos. Como esto no es suficiente, la otra línea de acción no es otra que la privatización: en quiebra los negocios tradicionales de la burguesía española como la construcción y la obra pública, se entra a saco con el presupuesto estatal, cuyo grueso -más de un 60%- está en la sanidad y la enseñanza. La privatización del presupuesto para su gestión se convierte, no un capricho ideológico de esta nebulosa criatura llamada neoliberalismo, espantajo que agitan las aireadas y reaccionarias mareas, sino una pura necesidad capitalista por encima de partidos y gobiernos, porque en el capitalismo son el Estado y sus secuaces los que están al servicio del capital y no al revés.
Los llamados trabajadores públicos, funcionarios, laborales y todo un sinfín de categorías, no nos libramos por tanto de la ofensiva del capital, sino que estamos en el centro de la diana. Ya hemos sufrido despidos masivos de compañeros eventuales e interinos, cuatro años -y los que quedan- de congelación de salarios además de la supresión de pagas extras, pero todo esto no es sino un mero prólogo de lo que se avecina. La burguesía catalana, vanguardia intelectual, teórica y política del estado español, ya ha propuesto la receta: un supuesto "comité de sabios" -en desollar vivos a los trabajadores, se entiende, única ciencia en la que son diestros- “piden prescindir de los funcionarios. (…) Ese estudio, desvelado por El País, propone que solo haya funcionarios en puestos que requieren del ejercicio de la autoridad, como los Mossos d´Esquadra, los inspectores o aquellos empleados encargados de otorgar licencias. El resto de los funcionarios perdería su actual estatus y se convertiría en personal laboral, con lo que podría ser despedido en cualquier momento. (…) Con esa pérdida de categoría, la administración podría prescindir de esos trabajadores por causas económicas, tal y como faculta en la actualidad el reglamento de los ERE” (Cinco Días, 8-5-2013). Y ya sabéis, hay que "catalanizar" España, como propone con ejemplar descaro y soltura la campeona del españolismo Esperanza Aguirre. Las burguesías de la Piel de Toro, que se tiran los trastos a la cabeza por el reparto del botín que arrancan a la clase trabajadora, cierran filas ante el enemigo común, que no es otro que la masa de los trabajadores, sin dejar de intentar enfrentar a los trabajadores entre ellos evitando que el necesario "descontento" que generan sus políticas anti-obreras se dirija hacia la raíz del problema.
Ante este panorama, la famosa Ley Wert no hace más que plasmar por escrito las necesidades de la Patronal, necesidades que el gobierno, manden las siglas que manden, es sólo el encargado de llevar a cabo, exactamente igual que habían hecho con las versiones previas de las leyes reguladoras de la enseñanza. Este es el fondo de la cuestión, de modo que centrando el discurso en una crítica exclusiva a la ley Wert corremos el riesgo de erigirnos en defensores de la LOE y de todas las leyes previas como una alternativa mejor a la ley recién aprobada. En la práctica esta es la posición que se transluce cuando se dice que la ley Wert representa un retroceso respecto a las leyes anteriores. Como decíamos, el verdadero contenido de la ley Wert es la legalización de las políticas que la Patronal impone a nivel general para acceder al negocio de la educación en todas sus vertientes y para descargar su crisis en la clase obrera, rebajando los llamados "gastos sociales", que no es más que una forma de rebajar los salarios a nivel general. Como decíamos también, todo ello, como ocurre en el resto de sectores públicos, se plasma en la famosa "autonomía de los centros", paso previo necesario para introducir la gestión privada tal como se está haciendo ya, por ejemplo, en la sanidad. Esta famosa "autonomía" se sintetiza en el aumento de las funciones atribuidas a los equipos directivos (entre otras, las capacidades de contratación y despido: "El nuevo decreto de plantillas y provisión de puestos docentes de Cataluña incluye una novedad importante. Los docentes noveles estarán a prueba durante un período, en principio de tres meses. Pero si, una vez transcurrido este tiempo, el director de un centro y la inspección estiman que el docente novel no ha cumplido las expectativas, no podrá volver a dar clase durante dos cursos. Si el maestro en cuestión quiere volver a trabajar en la escuela pública, deberá pasar un examen de idoneidad al cabo de estos dos años y superar el período de prueba de tres meses. La conselleria ha introducido este requisito a petición de los directores de los centros, que lamentaban que, si llega un profesor que no hace bien el trabajo, no hay manera de reconducir la situación." (La Vanguardia 8-12-13)) y en la diferente (mayor, se entiende) retribución de los mismos en tanto que directivos de la empresa "centro educativo". Todo esto ofrece una jugosa perspectiva de negocio a todos estos capitales ociosos, como apunta cada vez con menos eufemismos la propia prensa burguesa: "El mercado global educativo crecerá, según estimaciones de estos expertos, hasta los 7,8 billones de dólares (unos 5,7 billones de euros) en 2017, frente a los 5,5 billones de hoy día." (El País 8-12-13) (estas cifras son mundiales pero, tal como apuntamos, es muy significativa la perspectiva de negocio que ofrece, a los capitales nacionales e internacionales, la paulatina privatización de la educación).
Igual que no podemos dejarnos arrastrar a un debate a favor o en contra de la Ley Wert, tampoco podemos caer en tomar partido por ninguno de los sectores en la batalla de banderas y lenguas en la que pretenden que nos centremos y que no hace más que diluir nuestras verdaderas necesidades y reivindicaciones autónomas como trabajadores asalariados e intentar movilizarnos por reivindicaciones que no solucionan nuestros problemas. Más nos valdría hacer un pequeño acto de humildad y preguntarnos si no hacemos el ridículo debatiéndonos trascendentalmente sobre la lengua vehicular de la escuela cuando en las aulas donde nos toca dar clases nuestros propios alumnos en muchos casos nos dan 10 vueltas al hablar desde pequeños fluidamente cuatro o cinco lenguas (entre ellas las que pretenden que defendamos) y si en lugar de esconder nuestras vergüenzas pretendiendo defender una lengua minorizada y en supuesto riesgo de extinción (unos) o presentando como el súmum del internacionalismo lo que no es más que puro nacionalismo imperialista (los otros), no haríamos mejor en ser nosotros los que empezáramos a aprender (y enseñar) panjabí, urdú, chino, árabe, amazigh, tagalog, rumano, ruso y tantas otras lenguas que se hablan diariamente en nuestros centros de trabajo y en el rincón del mundo que nos ha tocado vivir... En este sentido es significativo que esos mismos partidos que aprueban los recortes de trabajadores (3000 interinos del año pasado, reducción de veladores y personal de apoyo, y lo que viene) y de sueldos (las pagas extras, congelación salarial y un largo etcétera, y lo que nos espera), por otra parte financien directamente y través de sus fundaciones y similares una huelga como la que se ha dado en las Islas Baleares donde el punto central de la reivindicación es precisamente la ejecución o no de una norma reguladora del contenido de las clases, es decir, una huelga que en ningún momento se plantea seriamente tumbar los recortes y que concentra su capacidad de presión (que como hemos visto no es poca) en una cuestión en la que incluso el reaccionarísimo Gobierno de la Generalitat de Catalunya está de acuerdo...
De la misma manera, tenemos que poner en el centro de nuestra lucha la recuperación de nuestro instinto de trabajadores asalariados, rechazando distinguirnos del resto de la clase obrera como "funcionarios" (muchos de nosotros ni siquiera podemos pretenderlo: laborales, interinos, sustitutos...), rechazando la defensa de la lucha fratricida de las oposiciones y rechazando la condición de autoridad pública que pretenden imponernos. Hay que entender que la única oposición consecuente y con alguna garantía de éxito a las medidas adoptadas por el Estado contra nuestras condiciones de vida pasa por organizarnos junto con el resto de trabajadores, empezando por los propios trabajadores del resto de servicios de nuestros centros, apartándonos definitivamente del corporativismo de mareas amarillas y verdes que no lleva más que al aislamiento y a la frustración combinada con el fomento de la cultura de la "vocación" y la "contribución a la sociedad" que es la única manera de hacernos tragar la medicina...
Necesitamos recuperar los métodos clasistas de lucha y de organización, transmitiendo la memoria de las luchas pasadas y presentes, intentando mantener un contacto estrecho y cotidiano entre nosotros. Este contacto nos permite conocer lo que ocurre en cada centro de trabajo y, al mismo tiempo, obtener una imagen de conjunto que nos saque del aislamiento. Por ello, hay que cultivar el compañerismo dentro del centro de trabajo y extender constantemente lazos hacia afuera, enfrentando todos los ataques aunque nos parezcan minúsculos (recordemos que cualquier ataque contra un trabajador se reproduce rápidamente al resto, y que las medidas contra nosotros en un centro se difunden rápidamente a otros). Debemos convertir los centros educativos en avisperos de reivindicaciones obreras con secciones y grupos sindicales del sindicato de classe capaces de responder a cada una de las agresiones del patrón y sus capataces, tengan o no el apoyo de sus leyes, procurando la extensión paciente y rigurosa de las luchas desde cada centro de trabajo, que pueden empezar siendo pequeñas o incluso minúsculas, pero que son la única manera de empezar a crear un red sólida de solidaridad, hoy por hoy inexistente y que no surgirá por arte de magia por muchos referéndums sobre métodos de lucha centro a centro que se hagan (más bien al contrario: ante el chiste de tener que elegir entre hacer huelga un día semanal rotativo, dos horas diarias de lunes a jueves, 72 horas seguidas, etc. el resultado más habitual, y hasta cierto punto comprensible, es el alejamiento de muchos de los compañeros de cualquier planteamiento reivindicativo), tendiendo a extender las luchas hacia una huelga general que no sea una mera convocatoria a toque de silbato y tendiendo a aglutinar las reivindicaciones en una tabla común que recoja las necesidades de las categorías con peores condiciones y que incluya al menos los siguientes puntos:
-Para reducir el paro, reducción de la jornada de trabajo sin reducción salarial, exigiendo un máximo de 18 horas lectivas y 25 de permanencia en el centro. -Máximo de 15 alumnos por aula. -Jubilación voluntaria a los 55 años con el 100% del salario. -Para acabar con la lucha fratricida entre trabajadores, todos los eventuales e interinos a fijos sin pasar por oposiciones (¡a igual trabajo, igual salario y condiciones!) Y fuera todas las contratas de los centros educativos, pasando los trabajadores a la empresa principal. -En solidaridad con el resto de los trabajadores, retorno de las becas para libros y muy especialmente las de comedor. |
Compañeros/as de la enseñanza a todos los niveles, tanto estatal como privada, limpiadores/as, auxiliares de control, trabajadores en el mantenimiento, enseñantes de todo tipo, cuidadores/as, fijos o eventuales, funcionarios o laborales e interinos... os invitamos a romper con la sumisión cotidiana buscando la solidaridad y el compañerismo. Rompamos con el aislamiento diario y la impotencia individualista que predica y practica el sindicalismo subvencionado en cada centro, con su "no hay nada que hacer" y sus falsas soluciones en el cambio parlamentario. Os llamamos a preparar la solidaridad activa (con, por ejemplo, concentraciones en los centros de trabajo y en las direcciones de área) como respuesta a cada agresión del patrón-Estado y los capataces-directores. Acudid a ayudar a organizar el sindicato de clase sin liberados ni subvenciones, que es nuestra herramienta de resistencia y lucha como trabajadores asalariados que somos!
Asesoría laboral gratuita y solidaria, todos los martes de 19h a 21h en el local del sindicato (C/Mallorca 632 local 16 Barcelona <M> Clot) |
Barcelona, 25-1-14
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L’intent de superació, purament temporal i efímer, per part de la burgesia de la crisi de sobreproducció en què es troba immers el sistema capitalista, només pot passar per descarregar els seus devastadors efectes sobre la massa de tots els treballadors tant del sector públic-estatal com del privat, totalment desorganitzada per la maquinària del sindicalisme subvencionat, en realitat pures empreses de serveis sindicals i sobretot, caps de personal -o més finament recursos humans- de les empreses. En primer lloc es redueixen dràsticament els costos directes del treball amb acomiadaments massius i baixada generalitzada de salaris, però a més s'ataca els costos globals del treball, la sanitat i l'educació dels treballadors i els seus fills, cosa que colpeja de ple els treballadors dels mal anomenats serveis públics. Com que amb això no n'hi ha prou, l'altra línia d'acció no és altra que la privatització: en fallida els negocis tradicionals de la burgesia espanyola com la construcció i l'obra pública, s'entra a sac amb el pressupost estatal, del qual el gruix -més d'un 60%- està en la sanitat i l'ensenyament. La privatització del pressupost per a la seva gestió, esdevé, no pas un caprici ideològic d'aquesta nebulosa criatura anomenada neoliberalisme, espantall que agiten les esbombades i reaccionàries marees, sinó una pura necessitat capitalista per sobre de partits i governs, perquè en el capitalisme són l'Estat i els seus sequaços els que estan al servei del capital i no a l'inrevés.
Els anomenats treballadors públics, funcionaris, laborals i tot una infinitat de categories, no ens lliurem, per tant, de l'ofensiva del capital, sinó que estem al centre de la diana. Ja hem patit acomiadaments massius de companys eventuals i interins, quatre anys -i els que queden- de congelació de salaris a més de la supressió de pagues extres, però tot això no és sinó un mer pròleg del que s'acosta. La burgesia catalana, avantguarda intel·lectual, teòrica i política de l'estat espanyol, ja ha proposat la recepta: un suposat "comitè de savis" -en escorxar vius als treballadors, s'entén, única ciència en la qual són destres- “piden prescindir de los funcionarios. (…) Ese estudio, desvelado por El País, propone que solo haya funcionarios en puestos que requieren del ejercicio de la autoridad, como los Mossos d´Esquadra, los inspectores o aquellos empleados encargados de otorgar licencias. El resto de los funcionarios perdería su actual estatus y se convertiría en personal laboral, con lo que podría ser despedido en cualquier momento. (…) Con esa pérdida de categoría, la administración podría prescindir de esos trabajadores por causas económicas, tal y como faculta en la actualidad el reglamento de los ERE” (Cinco Días, 8-5-2013). I ja sabeu, cal "catalanitzar" Espanya, com proposa amb exemplar desvergonyiment i desimboltura la campiona de l'espanyolisme Esperanza Aguirre. Les burgesies de la Pell de Toro, que es tiren els plats pel cap pel repartiment del botí que arrenquen a la classe treballadora, fan pinya davant l'enemic comú, que no és altre que la massa dels treballadors, sense deixar d'intentar enfrontar els treballadors entre ells tot evitant que el necessari "descontentament" que generen les seves polítiques anti-obreres es dirigeixi cap a l'arrel del problema.
Davant d'aquest panorama, la famosa Llei Wert no fa més que plasmar per escrit les necessitats de la Patronal, necessitats que el govern, manin les sigles que manin, és només l'encarregat de portar a terme, exactament igual com havien fet amb les versions prèvies de les lleis reguladores de l'ensenyament. Aquest és el fons de la qüestió, de manera que centrant el discurs en una crítica exclusiva a la llei Wert correm el risc d'erigir-nos en defensors de la LOE i de totes les lleis prèvies com una alternativa millor a la llei recent aprovada. A la pràctica aquesta és la posició que traspua quan es diu que la llei Wert representa un retrocés respecte les lleis anteriors. Com dèiem, el veritable contingut de la llei Wert és la legalització de les polítiques que la Patronal imposa a nivell general per accedir al negoci de l'educació en totes les seves vessants i per descarregar la seva crisi en la classe obrera, rebaixant les anomenades "despeses socials", que no és més que una forma de rebaixar els salaris a nivell general. Com dèiem també, tot això, tal com passa a la resta de sectors públics, es plasma en la famosa "autonomia dels centres", pas previ necessari per introduir la gestió privada tal com s'està fent ja, per exemple, a la sanitat. Aquesta famosa "autonomia" es sintetitza en l'augment de les funcions atribuïdes als equips directius (entre d'altres les capacitats de contractació i acomiadament: “El nou decret de plantilles i provisió de llocs docents de Catalunya inclou una novetat important. Els docents novells estaran a prova durant un període, en principi de tres mesos. Però si, un cop transcorregut aquest temps, el director d'un centre i la inspecció estimen que el docent novell no ha complert les expectatives, no podrà tornar a fer classe durant dos cursos. En cas que el mestre en qüestió vulgui tornar a treballar a l'escola pública, haurà de passar un examen d'idoneïtat al cap d'aquests dos anys i superar el període de prova de tres mesos. La conselleria ha introduït aquest requisit a petició dels directors dels centres, que lamentaven que, si arriba un professor que no fa bé la feina, no hi ha manera de reconduir la situació.” (La Vanguardia 8-12-13)) i en la diferent (més gran, s'entén) retribució dels mateixos en tant que directius de l'empresa "centre educatiu". Tot això ofereix una sucosa perspectiva de negoci a tots aquests capitals ociosos, tal com apunta cada cop amb menys eufemismes la pròpia premsa burgesa: “El mercado global educativo crecerá, según estimaciones de estos expertos, hasta los 7,8 billones de dólares (unos 5,7 billones de euros) en 2017, frente a los 5,5 billones de hoy día.”(El País 8-12-13)(aquestes xifres són globals però, tal com apuntem, és molt significativa la perspectiva de negoci que ofereix, als capitals nacionals i internacionals, la paulatina privatització de l'educació).
Igual que no podem deixar-nos arrossegar en un debat a favor o en contra de la Llei Wert, tampoc podem caure en prendre partit per cap dels sectors en la batalla de banderes i llengües en la que pretenen que ens centrem i que no fa més que diluir les nostres veritables necessitats i reivindicacions autònomes com a treballadors assalariats i intentar mobilitzar-nos per reivindicacions que no solucionen els nostres problemes. Més ens valdria fer un petit acte d'humiltat i preguntar-nos si no fem el ridícul debatent-nos trascendentalment sobre la llengua vehicular de l'escola quan a les aules on ens toca donar classes els nostres propis alumnes en molts casos ens donen 10 voltes quan des de ben petits parlen fluidament quatre o cinc llengües (entre les quals les que pretenen que defensem) i si en lloc d’amagar les nostres vergonyes pretenent estar defensant una llengua minoritzada i en suposat risc d'extinció (els uns) o presentant com el súmum de l'internacionalisme el que no és més que pur nacionalisme imperialista (els altres), no faríem bé de ser nosaltres els que comencéssim a aprendre (i a ensenyar) panjabí, urdú, xinès, àrab, amazig, tagalog, romanès, rus i tantes altres llengües que es parlen diàriament als nostres centres de treball i al tros de món on ens ha tocat viure...? En aquest sentit és significatiu que aquells mateixos partits que aproven les retallades de treballadors (3000 interins l'any passat, reducció de vetlladors i personal de suport, i el que ve) i de sous (les pagues extres, congelació salarial i un llarg etcétera, i el que ens espera) per altra banda financiïn directament i través de les seves fundacions i similars una vaga com la que s'ha donat a les Illes Balears on el punt central de la reivindicació és precisament l'execució o no d'una norma reguladora del contingut de les classes, és a dir una vaga que en cap moment es planteja seriosament tombar les retallades i que concentra la seva capacitat de pressió (que com hem vist no és poca) en una qüestió en la que fins i tot el reaccionaríssim govern de la Generalitat de Catalunya està d'acord...
De la mateixa manera, hem de posar al centre de la nostra lluita la recuperació del nostre instint de treballadors assalariats, refusant distingir-nos de la resta de la classe obrera com a "funcionaris" (molts de nosaltres ni tan sols podem pretendre-ho: laborals, interins, substituts...), refusant la defensa de la lluita fratricida de les oposicions i refusant la condició d'autoritat que pretenen imposar-nos. Cal que entenguem que la única oposició conseqüent i amb alguna garantia d'èxit a les mesures adoptades per l'Estat contra les nostres condicions de vida, passa per organitzar-nos juntament amb la resta de treballadors, començant pels propis treballadors de la resta de serveis dels nostres centres, apartant-nos definitivament del corporativisme de marees grogues i verdes que no porta més que a l'aïllament i a la frustració combinada amb el foment de la cultura de la "vocació" i la "contribució a la societat" que és la única manera de fer-nos empassar la medicina...
Necessitem recuperar els mètodes classistes de lluita i d'organització, transmetent la memòria de les lluites passades i presents, intentant mantenir un contacte estret i quotidià entre nosaltres. Aquest contacte ens permet conèixer el que passa en cada centre de treball i, alhora, obtenir una imatge de conjunt que ens tregui de l'aïllament. Per això, cal cultivar el companyerisme dins del centre de treball i estendre constantment llaços cap a fora, enfrontant tots els atacs encara que ens semblin minúsculs (recordem que qualsevol atac contra un treballador es reprodueix ràpidament a la resta, i que les mesures contra nosaltres en un centre es difonen ràpidament a altres). Hem de convertir els centres educatius en vespers de reivindicacions obreres amb seccions i grups sindicals del sindicat de classe capaços de respondre a cada una de les agressions del patró i els seus capatassos, tinguin o no el suport de les seves lleis, procurant l'extensió pacient i rigorosa de les lluites des de cada centre de treball, que poden començar sent petites o fins i tot minúscules, però que són la única manera de començar a crear una xarxa sòlida de solidaritat, ara per ara inexistent i que no sorgirà per art de màgia per molts referèndums sobre mètodes de lluita centre per centre que es facin (més aviat al contrari: davant l'acudit d'haver de triar entre fer vaga un dia setmanal rotatiu, dues hores diàries de dilluns a dijous, 72 hores seguides, etc. el resultat més habitual, i fins a cert punt comprensible, és l'allunyament de molts dels companys de qualsevol plantejament reivindicatiu), tendint a extendre les lluites cap a una vaga general que no sigui una mera convocatòria a toc de xiulet i tendint a aglutinar les reivindicacions en una taula comuna que reculli les necessitats de les categories amb pitjors condicions i que inclogui almenys els següents punts:
-Per reduir l'atur, reducció de la jornada de treball sense reducció salarial, exigint un màxim de 18 hores lectives i 25 de permanència en el centre. -Màxim de 15 alumnes per aula. -Jubilació voluntària als 55 anys amb el 100% del salari. -Per a acabar amb la lluita fratricida entre treballadors, tots els eventuals i interins a fixos sense passar per oposicions (a igual treball, igual salari i condicions!) i fora totes les contractes dels centres educatius, passant els treballadors a l'empresa principal. -En solidaritat amb la resta dels treballadors, retorn de les beques per a llibres i molt especialment les de menjador. |
Companys/es de l'ensenyament a tots els nivells, tant estatal com privada, netejadors/es, auxiliars de control, treballadors en el manteniment, ensenyants de tot tipus, cuidadors/es, fixos o eventuals, funcionaris o laborals i interins... us convidem a trencar amb la submissió quotidiana buscant la solidaritat i el companyerisme. Trenquem amb l'aïllament diari i la impotència individualista que predica i practica el sindicalisme subvencionat en cada centre, amb el seu "no hi ha res a fer" i les seves falses solucions en el canvi parlamentari. Us cridem a preparar la solidaritat activa (amb, per exemple, concentracions als centres de treball i a les direccions d'àrea) com a resposta a cada agressió del patró-Estat i els capatassos-directors. Acudiu a ajudar a organitzar el sindicat de classe sense alliberats ni subvencions, que és la nostra eina de resistència i lluita com a treballadors assalariats que som!
Assessoria laboral gratuïta i solidària, tots els dimarts de 19h a 21h al local del sindicat (C/Mallorca 632 local 16 Barcelona <M> Clot) |
Barcelona, 25-1-14