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Este lunes 11 de enero de 2016, se ha desconvocado la huelga indefinida que se seguía en la planta de El Prat de Llobregat reanudándose el trabajo el martes 12 en el primer turno (después de que unos 60 trabajadores se encarguen primero de poner en marcha todo lo necesario desde el mismo lunes). Se desconvoca la huelga después de que el acuerdo al que había llegado previamente el Comité fuera avalado a través de una votación de la asamblea de trabajadores, realizada después de la última reunión con la empresa y en la que el acuerdo ha sido básicamente la misma oferta que se trasladó en la asamblea del sábado 9, es decir aprobar los 26 traslados a Martorell ya ejecutados (aunque nos digan que el 1 de octubre se van a deshacer debemos tener más bien pocas esperanzas de que esto llegue a ocurrir sin más), más otros 5 el 21 de enero, y comprometerse a no llevar a cabo los demás traslados que teóricamente tenían previstos, a lo que se supone que debemos sumar el compromiso de permitir la recuperación de 50.000 de las 140.000 horas de descanso que se deben a la plantilla.
    La huelga se inició el pasado 7 de enero a raíz de una convocatoria en respuesta a los traslados anunciados por parte de la empresa y que ya habían sido comunicados a una parte de los afectados poco antes de las vacaciones de Navidad, a lo que hay que sumar el hartazgo de la plantilla por la acumulación de horas suplementarias cuyo descanso resultaba siempre imposible debido a las necesidades de la producción, mientras la empresa trasladaba a trabajadores alegando exceso de plantilla. Si podemos decir que la empresa actuó con astucia y alevosía al notificar los traslados justo antes de las vacaciones de Navidad, no podemos decir lo mismo acerca de la convocatoria de huelga, que empezó justo en los días en los que parte de la planta de Martorell y buena parte de la de Pamplona (a las que abastece de cajas de cambios la planta de El Prat) se encontraban paradas, y ha sido desconvocada justo antes de que vuelvan a producir a pleno rendimiento y por lo tanto justo antes de que sus efectos hubieran podido forzar a la empresa a bajarse del burro en sus intenciones, sabiendo como sabemos que las plantas no disponían ya de stock suficiente como para seguir produciendo sin que reabriera la planta de Seat Componentes.
    Durante los cinco días que ha durado la huelga hemos podido ver como la actuación del sindicalismo subvencionado pone encima de la mesa la necesidad de que los trabajadores recuperemos el sindicalismo de clase. Para ganar una huelga primero hay que quererla ganar, a partir de ahí podremos cometer errores, pero solo bajo la premisa de buscar la mejor manera de vencer al enemigo podremos lograr imponerle nuestras condiciones. Solo así podremos entender y asumir que intentar extender la huelga o crear una caja de resistencia son pasos necesarios en este sentido. Solo así buscaremos el momento más propicio para el ataque y si debemos retirarnos, lo haremos a sabiendas de los motivos y después de haber valorado, apretando los dientes, que realmente no tenemos fuerzas ni manera de lograr el objetivo. Habrá muchos momentos en los que efectivamente no tendremos la fuerza para imponernos, pero entonces deberemos decirlo alto y claro y no engañarnos a nosotros mismos (o engañar a los demás) con que haya otros medios mejores que permitan seguir la lucha “desde dentro” una vez desconvocada la huelga y que deban llevarnos de forma más rápida e indolora a parar los traslados que haber mantenido la huelga. Justo esto es lo que pasó en la asamblea del lunes. Los representantes del sindicalismo subvencionado convencieron a muchos compañeros de la posibilidad de torcer el brazo de la empresa dejando la huelga y volviendo a trabajar, cuando el mantenimiento de la huelga era precisamente la forma más inmediata de parar las intenciones de la empresa, y la inexistencia de una verdadera organización de los trabajadores no pudo oponer un planteamiento de lucha al planteamiento derrotista de las organizaciones subvencionadas.
    Asimismo, como ya expusimos a quien nos pudo escuchar, no era cierto que los trabajadores que se reincorporaron el lunes en Martorell estuvieran obligados a hacerlo: cuando se convocó la huelga (que es cuando los efectos legales de la congelación de las capacidades empresariales fruto de la convocatoria de huelga surten efecto) todos ellos pertenecían al centro de El Prat, de modo que si se mantenían en huelga (y obviamente la huelga seguía convocada), cualquier represalia de la empresa hubiera podido ser enfrentada con este argumento en el plano jurídico pero sobre todo a través de la huelga y la acción colectiva que eran una realidad antes de los traslados y que precisamente los traslados rompieron. De la misma manera, si el comité pensaba que este argumento no era cierto, entonces aconsejar a los compañeros de no incorporarse el primer día en el que estaban llamados (el 7 para muchos) era poner en bandeja a la empresa la sanción o incluso el despido de estos compañeros. Es decir, o bien no se debía seguir por parte de estos compañeros la huelga desde un principio, o bien podían seguirla y entonces no había ninguna necesidad de ir a Martorell el lunes (tan cierto es esto que en Martorell ni siquiera la empresa les esperaba y a la primera de cambio no sabía ni qué hacer con ellos habiendo contratado ya a compañeros de ETT para sus puestos), por no decir que obviamente esto no hubiera sido un problema de haberse convocado la huelga también en Martorell. En pocas palabras, se les aconsejó ir a trabajar y con el traslado ejecutado (y por lo tanto sin que la mayoría de ellos pudieran asistir a la asamblea) se forzó una votación que desconvocara la huelga cuando esta podía forzar su retorno, valorando que era mejor que sea cada trabajador uno por uno quien se niegue una vez empezado el trabajo a realizar horas extraordinarias, fines de semana, etc. y así demostrar a la empresa que no sobra gente si no que falta, y que esta, por voluntad propia, devuelva a los compañeros desplazados a Martorell a la planta del Prat.
    La realidad es que el Comité ya había pactado con la empresa el acuerdo y que el control ideológico y práctico que ejerce sobre una parte muy importante de los trabajadores les permitió refrendarlo en asamblea. La realidad es que al mismo Comité le sorprendió el amplio seguimiento y la fuerza que adquirió la huelga entre la plantilla, que a pesar de haber sido convocada en el peor momento, estaba a punto de poner a la empresa en un serio aprieto. La realidad es también que para que la huelga pueda tener más fuerza se debe intentar extender, tanto en el tiempo como en el espacio, intentando sumar a los demás centros y no solo a través de los contactos entre los comités (el famoso “apoyo de Martorell” no se dejó ver como no se vio a casi ninguno de los miembros del Comité Intercentros en ninguna de las asambleas) sino buscando el contacto entre trabajadores, desplazándose a las puertas de los otros centros para hablar entre nosotros y plantear conjuntamente las reivindicaciones. Es solo mediante estos planteamientos, mediante este tipo de sindicalismo, sin subvenciones, sin liberados, que cultiva la acción directa de los trabajadores y el compañerismo y la solidaridad a ultranza, con el que podemos reconstruir el sindicato de clase y arrancar a la clase obrera del sometimiento al sindicalismo subvencionado y derrotista. La realidad es también que habrá que valorar estos días, y sobre todo los próximos fines de semana, hasta qué punto toda la plantilla sigue la consigna de no hacer horas, pero en cualquier caso la continuidad de la huelga, que ya había empezado y que llegaba a un punto en el que verdaderamente podía ejercer mucha presión a la empresa, hubiera conseguido parar los traslados mucho antes de lo que cualquier lucha “desde dentro” lo podrá hacer.
    La Huelga de Seat Componentes demuestra que los trabajadores, somos capaces de unirnos y actuar de forma organizada para poner contra las cuerdas a la empresa, pero desgraciadamente demuestra también que debemos hacerlo fuera de la influencia ideológica del sindicalismo subvencionado. Más pronto que tarde habrá más oportunidades, aprendamos de la experiencia y poco a poco superaremos este obstáculo.