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VULNERACIÓN DEL DERECHO DE HUELGA

EN LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS DE LA UAM (EMTESPORT)

 

 

Sustitución ilegal de huelguistas

El Juzgado Social nº45 de Madrid ha confirmado que EMTESPORT - previamente sancionada por la Inspección de Trabajo a pagar una multa de 25.000€ - sustituyó ilegalmente a los huelguistas con contrataciones y con la movilidad funcional descendente de los coordinadores. Lo más importante, sentencias a parte, es que no han quebrado la huelga con sus jugarretas, gracias a la solidaridad y unidad de los huelguistas.

 

 

El Rectorado de la UAM es quien permite, incentiva y se aprovecha de la sustitución ilegal de huelguistas, igual que permite que no haya actividades, ni programa de créditos, ni piscina, ni servicio en fin de semana y festivos, etc. Tiene un responsable: el Rectorado de la UAM que se niega a negociar mientras en la sombra bloquea la negociación y mantiene el flujo de dinero para que la empresa aguante sin negociar. Les da igual que esto perjudique a trabajadores subcontratados, profesores, personal de administración y servicios…

 

 

¿Para qué sirven los “servicios mínimos”?

El 27 de febrero se han decretado unos servicios mínimos por parte de la Comunidad de Madrid, a petición del Rectorado de la UAM y cuya impugnación está pendiente de resolución. Los servicios mínimos consisten en que la Facultad de Profesorado puede seguir alquilando (pagando por ello) las instalaciones de la propia UAM, el despropósito no puede ser mayor.

 

Los servicios mínimos son el esquirolaje legalizado. Es un mecanismo por el que se obliga a trabajar a un huelguista bajo amenaza de despido: son trabajos forzados.

 

Los servicios mínimos son el modo en que el interés de la Patronal se impone a través del Estado, disfrazado de “interés general” para restringir el derecho de huelga. La excusa es la docencia, pero es sólo esto: una excusa.

 

Aunque sea obvio, este decreto de servicios mínimos pone en evidencia una sencilla realidad: que antes no existían y que la actuación de la UAM de imponer el acceso a instalaciones y material era ilegal.

 

Al rectorado de la UAM le ha dado igual que las condiciones laborales se degraden hasta llegar a la situación actual en la que 40 compañeros y compañeras están dispuestos a no cobrar el salario (por estar en huelga) antes que seguir sufriendo las mismas condiciones laborales. Del mismo modo, le ha dado igual y le sigue dando igual que las clases se hayan tenido que hacer fuera, que no haya actividades ni piscina, que se sustituya ilegalmente a los huelguistas, etc.

 

Por lo tanto, en realidad, estos servicios mínimos sirven para que la UAM pueda seguir sin resolver el problema de fondo, para que las instalaciones sigan siendo deficientes y para que las condiciones sigan sin permitir llegar a fin de mes. Esta es la trampa que condena a todos los afectados a seguir sufriendo la situación que el Rectorado se niega a resolver, mientras desde su torre de marfil se esconde detrás de la empresa, de la policía y de los servicios mínimos.

 

 

La raíz de la situación: la subcontratación

Toda esta situación se produce porque la UAM tiene externalizado un servicio que debería ser interno: sus propias instalaciones de deportes.

 

El rectorado de la UAM prefiere gastar el dinero en garantizar las ganancias de EMTESPORT, una empresa que no ha hecho más que degradar las condiciones laborales, el servicio y las propias instalaciones.

 

Por paradójico y ridículo que parezca, la propia Facultad de Profesorado tiene que pagar los alquileres de los espacios de las instalaciones deportivas de la propia UAM.

 

Para ilustrar las prioridades del Rectorado de la UAM, bastará con observar que el presupuesto para los vigilantes de seguridad es de 1.000.000€ anuales mientras que el de deportes es de 800.000€.