Madrid se pone a la cabeza del recorte de los gastos sociales del trabajo al ser la comunidad autónoma que menos gasta en el sector público. Al reducir los gastos en educación, sanidad, asistencia a ancianos, etc, la burguesía golpea aún más al proletariado, descargando sobre él el mayor peso de la crisis. En Madrid estos gastos sociales del trabajo sólo suponen el 10,1% del PIB de la región, el menor de todas las comunidades autónomas y un 8% menos de la media de todas.